La memoria oscura de un estadio
El 11 de septiembre de 1973, un golpe de Estado liderado por los comandantes en jefe de las Fuerzas Armadas, terminó con el gobierno constitucional del presidente Salvador Allende. Miles de personas fueron detenidas a lo largo de todo el país durante los primeros días de la dictadura, sin importar clase social, género, ocupación, estado civil o edad siendo conducidos a los centros de detención, donde muchos fueron torturados y ejecutados en el mismo lugar. El Estadio Nacional funcionó como campo de concentración de septiembre a diciembre de 1973. Se ocuparon todas sus dependencias: Coliseo, Court Central, Velódromo, Piscina, camarines, escotillas. En todos estos lugares sin ningún tipo de acondicionamiento se mantuvieron recluidos a hombres, mujeres y niños, chilenos y extranjeros de 38 países, a dirigentes sindicales, militantes y simpatizantes de los partidos democráticos de izquierda, estudiantes, empleados públicos, trabajadores de las industrias intervenidas, profesionales, y personal de las Fuerzas Armadas y de Orden que no apoyaron el Golpe de Estado. Hoy es un sitio de memoria donde cada 11 de septiembre llegan cientos de personas para recordar a los prisioneros sobrevivientes, muertos y desaparecido que pasaron por este lugar.