The survivors
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LOS SOBREVIVIENTES
Las víctimas de los abusos sexuales de la iglesia, ignoradas por años, con sus vidas destruidas y la desilusión a cuestas se han ido rearmando de a poco, son los sobrevivientes que han comenzado a dar sus testimonios, dolor, rabia, ansias de justicia, abrazos, contención, la impunidad parece ganar siempre, muchos de los culpables han muerto, otros siguen ejerciendo su ministerio sin control. Algunos están escondidos en los conventos purgando una justicia acomodada, la mayoría de los delitos han prescrito como si el alma dañada tuviera fecha de término.
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Frases escritas en una libreta con los testimonios de sobrevivientes de abusos sexuales cometidos en el Instituto Alonso de Ercilla de la Congregación de los Hermanos Maristas. "45 años atrapados por el terror y por la angustia, ¿dónde estaba dios en esos momentos?.
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En la imagen, la fotografía de Eneas vestido con su uniforme escolar y a un costado la del hermano Marista Adolfo Fuentes, quien abusó sexualmente de él entre los seis y los ocho años de edad. Unos meses después de ingresar a la escuela, el mismo profesor que había tomado el examen de admisión sacó al pequeña Eneas del salón de clases en 1979, el religioso llevó al niño a un lugar al que llamaban "El túnel", un espacio sin luz natural debajo del gimnasio, sentó al estudiante en su regazo, le acarició el cabello y lo tocó por debajo de su ropa. "Empujé, traté de sacarlo y corrí hacia la puerta, pero él me agarró y consiguió lo que quería“.
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Fotografías de la época en que Eneas estudiaba en el Instituto Alonso de Ercilla de Santiago. En agosto de 2017 se conoció la situación de los abusos dentro de la Congregación Marista. Los miembros de la misma congregación presionados por ex alumnos fueron a la Oficina del Fiscal para denunciar a uno de sus miembros que había confesado diez años antes haber abusado de niños en varias ocasiones dentro de las escuelas donde trabajó.
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"En los salones de clases, pasillos, rincones escondidos de los colegios, las viviendas de los religiosos, en los campamentos de scouts."
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En la imagen se observa la fotografía de Jaime con uniforme escolar y a un costado la del Hermano Abel Pérez, su abusador. El Hermano Marista Abel Pérez nació en Palencia, España, en 1947 y llegó a Chile en 1966 y trabajó en todos los colegios de su congregación. Fue trasladado más de 15 veces tras acusaciones de abuso sexual.
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Una fotografía donde Jaime aparece junto al Hermano Germán Chávez que también abusó de él. Jaime, tiene 55 años, estudió en el Instituto Alonso de Ercilla de los Maristas y fue abusado sexualmente desde los 10 años por diferentes integrantes de esta congregación religiosa. Estuvo cuarenta años en silencio, recién comienza a hablar. “Salen los recuerdos, salen las historias que yo me había silenciado”.
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El 10 de noviembre de 1978 Jaime hizo su Primera Comunión, aún conserva la estampa que recuerda ese día. "El día de mi Primera Comunión fue "enfermizo", recibí la hostia del mismo sacerdote que me abusaba".
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LA IGLESIA DEL HORROR
Desde la condena canónica del ex sacerdote Fernando karadima, suspendido de por vida al ser declarado culpable de abusos sexuales contra menores con violencia y abuso de su potestad eclesiástica la Iglesia chilena cayó por un barranco vertiginoso. Sacerdotes acusados de pedofilia, religiosos suspendidos por denuncias de abusos sexuales, cofradías de clérigos involucrados en redes de abusos a menores , Obispos encubriendo por años a sus ministros. En mayo de 2018 Chile se quedó sin obispos católicos. En bloque, la conferencia episcopal chilena presentó su renuncia ante el papa Francisco, de los 33 renunciados 8 fueron apartados de sus cargos.
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Edificio del Instituto Alonso de Ercilla, un colegio perteneciente a la congregación marista donde los hermanos de la Congregación cometieron abusos sexuales contra los estudiantes.
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En la imagen se ve una fotografía de Jorge en su época de estudiante secundario junto a la imagen del sacerdote Capuchino Sergio Uribe quien abusó de él cuando tenía 13 años.
“Aprovechándose de un problema que yo tenía con mi papá, me llevó a su dormitorio para supuestamente ayudarme y ahí me obligó a practicarle sexo oral. Él me hizo sentir que el pecador era yo”. -
Las víctimas de abusos sexuales hablan de su experiencia luego de 15 ó 20 años. Viven con un estrés pos traumático, depresión, constantes crisis de pánico e ideas suicidas. La Iglesia a pesar de tener conocimiento de los hechos se ocupó solamente de proteger a los sacerdotes pederastas cambiándolos de ciudad para encubrir sus delitos y evitar así que sean entregados a la justicia civil.
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"Los testimonios de las víctimas son gritos contra el silencio".
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En la fotografía inferior este hombre sostiene en sus manos el celular con una imagen reciente del religioso que abusó de él. El religioso a pesar de tener varias denuncias de abusos sexuales en su contra, nunca ha sido suspendido ni condenado judicialmente, y sigue ejerciendo hasta hoy, sólo recibió una amonestación canónica que lo obligó a 6 meses de oración para encontrarse con él mismo. El 2015 cumplió 50 años de vida religiosa.
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El día del abuso la víctima llevaba un rosario que se cortó producto del forcejeo dentro del confesionario.
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Fotografía en un dispositivo móvil de un sacerdotes acusado de abusar a menores de edad. A un costado un obituario escrito por una de sus víctimas de abusos sexual. Este obituario pretendía ser publicado en el periódico de la ciudad pero fue rechazado. Tras muchas denuncias en su contra este religioso, a petición de su Obispo, regresa a Alemania donde continuó ejerciendo el ministerio sacerdotal hasta su muerte ocurrida en julio del 2018.
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En la entrada de la catedral de Osorno se puede leer el listado histórico de los sacerdotes que han ocupado el cargo de párroco. Los dos últimos de la lista, ambos sacerdotes alemanes, fueron denunciados por abusos sexuales en contra de menores ocurridos entre los años 1976 y 1990.
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El refugio de los pederastras
En casas de reposo bien acondicionadas, con patio interior, áreas de lectura, servicio de descanso y cocina, viven religiosos acusados o investigados por delitos sexuales contra menores. Las casas principales de este tipo son la residencia de los jesuitas, en el centro de Santiago y la casa de los Hermanos Maristas en el barrio de Providencia frente a la Nunciatura Apostólica. -
En la calle Alonso de Ovalle No. 1480, junto al Colegio San Ignacio, se encuentran el religiosos jesuitas acusados de delitos sexuales y condenados por el Vaticano: Jaime Guzmán, el hermano Raúl González y el sacerdote Leonel Ibacache con un proceso de investigación en curso, el ex provincial Eugenio Valenzuela sancionado por conducta inapropiada y Juan Pablo Cárcamo acusado de abuso de conciencia y transgresión en el ámbito sexual a una mujer adulta. (Santiago, Chile. 14 de enero de 2019).
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En la calle Sótero Sanz del municipio de Providencia se encuentra la residencia de la congregación de los Hermanos Maristas. Este es el refugio de quienes enfrentan procesos judiciales tras ser denunciados por abuso sexual contra menores. Armando Alegría, Adolfo Fuentes, Jesús María Castañeda de la Viuda y Luis Cornejo Silva están imputados por pederastria. Abel Pérez, el primer marista investigado, abandonó la residencia a mediados de 2018 tras ser expulsado de la orden.
(Santiago, Chile. 14 enero, 2019). -
Rostros de abusadores sexuales que han sido denunciados por sus víctimas. Usaron el nombre de Dios, manipularon los signos de su religión para cometer sus delitos. Después de violar a un alumno de 10 años el Hermano Abel le dijo: “ Viste lo que me hiciste hacer, Dios se va a enojar contigo. El Señor ya te perdonó, tienes que guardar este secreto”.
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El Escándalo
Años de insistentes protestas por parte de la organización de los laicos y laicas católicos de Osorno y la presión mediática de la prensa desencadenó una crisis en la historia de la Iglesia, involucrando personalmente al Pontífice, con todos los obispos de Chile renunciados y con la preocupación de la ciudadanía y de las autoridades políticas por el abuso y la impunidad en los escandalosos casos de abusos sexuales perpetrados por sacerdotes y religiosos en contra de niños y jóvenes.
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Miembros de la Organización de Laicos y Laicas de Osorno levantan carteles durante el tradicional Te Deum de la independencia de Chile pidiendo la renuncia al obispo Juan Barros que presidía la ceremonia acusado de ser encubridor del sacerdote Fernando Karadima expulsado de la iglesia por pederastra.
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Las Víctimas
“Ellos empezaron esta crisis con sus crímenes, no nosotros al romper el silencio.
Nosotros somos las víctimas, ellos nos escogieron, nos marcaron, nos abusaron y nos silenciaron. Pensar que lo que hemos denunciado son solo pecados o errores no es “sólo pensar distinto” es negacionismo . Defender a los abusadores y mirar para el lado no es lealtad ni obediencia, es no tener humanidad ni moral. Decir que hay que dar vuelta la página no es sabiduría, es complicidad. Denunciar lo que sucedió hace décadas no es quedarse en el pasado, es memoria histórica para construir un mejor futuro. Olvidar o negar los crímenes que nos cometieron es violencia. Y por último, negarse a la reparación del daño devastador provocado no es ignorancia ni falta de tino. Es sadismo.”
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la pizarra del horror
En la imagen una pizarra que contiene breves testimonios de las víctimas de abusos. Surgen al enfrentar sus recuerdos, reflexiones crudas, gritos contra el silencio, frases del horror. “Salen los recuerdos, salen las historias que yo me había silenciado”.